8.2.13ELLOS Y NOSOTROS. VI.- Las Miradas. Parte 3: Algunas otras miradas.
ELLOS Y NOSOTROS.
VI.- Las Miradas 3.
3.-
Algunas otras miradas.
una: Un sueño en esa mirada.
Es una
calle, una milpa, una fábrica, un socavón, un bosque, una escuela, una tienda
departamental, una oficina, una plaza, un mercado, una ciudad, un campo, un
país, un continente, un mundo.
El Mandón
está gravemente herido, la máquina rota, la bestia exhausta, la salvaje
encerrada.
De nada
sirvieron los cambios de nombre y de banderas, los golpes, las cárceles, los
cementerios, el dinero fluyendo por las mil arterias de la corrupción, los “reality
shows“, las celebraciones religiosas, las inserciones pagadas, los
exorcismos cibernéticos.
El Mandón
llama a su último capataz. Algo le murmura al oído. El capataz sale
y se enfrenta a la muchedumbre.
Dice,
pregunta, demanda, exige:
“Queremos
hablar con el …“
Duda, la
mayoría de quienes se le enfrentan son mujeres.
Corrige:
“Queremos
hablar con la … “
Vuelve a
dudar, no es pequeño el número de otr@s que se le enfrentan.
Vuelve a
corregir:
“Queremos
hablar con quien esté al mando“.
Por entre
el silencio se adelantan un@ ancian@ y un@ niñ@, se paran frente al capataz y,
con una voz inocente y sabia, dicen:
“Acá todas
y todos mandamos“.
El
capataz se estremece, y se estremece la voz del Mandón en su último grito.
La mirada
despierta. “Extraño sueño“, se dice. Y, sin importar el calendario y
la geografía, sigue la vida, la lucha, la resistencia.
Del raro
sueño sólo unas palabras recuerda:
“Acá todas
y todos mandamos“.
dos: Otra mirada desde otro calendario y otra
geografía.
(fragmento de una carta recibida en el cuartel
general del ezetelene, sin fecha)
“Saludos Compas.
(…)
Mi
opinión es que fue una chingonería todo. Pero no niego que todo esto es
en retrospectiva. Sería muy fácil decir que entendí perfectamente el
silencio y que nada me sorprendió. Falso, yo también me impacienté con el
silencio (desde luego no tiene que ver con lo que se dice de que antes no
hablaban los zapatistas, yo sí leí todas las denuncias). La cuestión es
que vista con la ventaja de los hechos que han pasado, y que están pasando,
pues desde luego la conclusión es lógica: estamos en medio de la iniciativa más
audaz, por lo menos desde la insurrección, de los zapatistas. Y esto
tiene que ver con todo, no sólo con la situación nacional sino también
internacional, creo yo.
Permítanme que cuente lo que yo entendí de lo que, a mi parecer, fue el hecho
más significativo de la acción del 21 [de diciembre del 2012]. Desde
luego hay muchas cosas: la organización, el esfuerzo militante, la demostración
de fuerza, la presencia de los jóvenes y mujeres, etc. Pero a mí lo que
más me impresionó fue el que anduvieran cargando unas tablas y que llegando a
las plazas se hicieran unos templetes. Conforme se iba narrando lo que
sucedía, muchos medios privados, y algunos de los libres, especulaban sobre la
llegada de los líderes zapatistas. Y no se daban cuenta que los líderes
zapatistas estaban ya ahí. Que eran los pueblos que se subían al templete
y decían, sin hablar, aquí estamos, estos somos, estos seremos.
El
templete les tocó a los que les debe tocar. Nadie ha reparado, creo yo,
en ese hecho y, sin embargo, creo yo, ahí está, en una nuez, el significado
profundo de una nueva forma de hacer política. Lo que rompe con todo lo
viejo, lo único verdaderamente nuevo, lo único que merece la pena tener [ilegible en el original] “siglo
XXI”.
El
alma plebeya y libertaria de lo que ha sido en la historia momentos coyunturales,
aquí se ha construido sin grandes alardes teóricos. Más bien con una
práctica soterrada. Ya lleva demasiados años como para ser una
ocurrencia. Ya es un proceso histórico social largo y sólido en el
terreno de la auto organización.
Finalmente recogieron su templete, volvieron a convertirse en tablas y todos
deberíamos de tener un poco de vergüenza y ser más modestos y sencillos y
reconocer que algo inesperado y nuevo está frente a nuestros ojos y que debemos
mirar, callar, escuchar y aprender.
Un abrazo
para tod@s. Espero que, dentro de lo que cabe, estén bien.
El
Chueco.”
tres: “Instrucciones sobre qué hacer en caso de …
que l@ miren”
Si alguien lo mira, la mira, y
usted se da cuenta de que…
No lo
mira como si fuera usted transparente.
No quiere
convencerlo de que sí o de que no.
No quiere
cooptarlo.
No quiere
reclutarlo.
No quiere
dirigirlo.
No quiere
juzgarlo-condenarlo-absolverlo.
No quiere
usarlo.
No quiere
decirle qué puede o no hacer.
No quiere
darle consejos, recomendaciones, órdenes.
No quiere
recriminarle porque no sabe, tampoco porque sí sabe.
No lo
desprecia.
No quiere
decirle lo que debe hacer o no debe hacer.
No quiere
comprarle su auto viejo, su cara, su cuerpo, su futuro, su dignidad, su
voluntad.
No quiere
venderle algo…
(un tiempo compartido, una
televisión lcd en 4D, una máquina súper-ultra-híper-moderna con botón de crisis
instantánea (ojo: no confunda con el botón de eyección, porque la garantía no
incluye amnesia por ridículos mediáticos), un partido político que cambia de
ideología según sople el viento, un seguro de vida, una enciclopedia, una
entrada vip al espectáculo o revolución o cielo de moda, un mueble en abonos
chiquitos, un plan de telefonía celular, una membrecía exclusiva, un futuro
regalado por el líder generoso, una coartada para rendirse, venderse,
claudicar, un nuevo paradigma ideológico, etc.).
Entonces…
Primero.-
Descarte usted que se trate de un depravado o depravada. Usted puede ser
lo suci@, fe@, mal@ y groser@ que se quiera, pero, lo que sea de cada quien,
tiene ese toque sexy y cachondo que da el estar dale y dale al trabajo; y ese “eso” puede despertar las bajas
pasiones de cualquiera. Mmh… bueno, sí, una peinada no estaría de
más. Si no se trata de un (a) depravad@, no se desanime, el mundo es
redondo y da vueltas, y siga más abajo (de esta lista, se entiende).
Segundo.-
¿Está usted segur@ de que es a usted a quien mira? ¿No será a ese anuncio
de desodorantes que está a sus espaldas (de usted, se entiende)? ¿O no
será que está pensando (quien l@ mira a usted, se entiende): “Creo que
así me veo yo cuando no me peino“? Si ha descartado eso, continúe.
Tercero.-
¿No tiene cara de policía buscando completar el pago que le tiene que reportar
a su superior? Si sí, corra, aún está a tiempo de no perder lo del
pasaje. Si no, pase al siguiente punto.
Cuarto.-
Devuélvale la mirada, con seño severo. Una mirada mezcla de enojo, dolor
de panza, fastidio y look de asesin@ serial servirá. No, así parece
osit@ estreñid@. Vuelva a intentarlo. Ok, pasable, pero siga
practicando. Ahora, ¿no huye despavorid@?, ¿no desvía la mirada?, ¿no se
le acerca exclamando “¡tí@ juanch@! ¡No te reconocía! Pero con ese
gesto…“?
¿No? Ok, continúe.
Quinto.-
Repita los pasos primero, segundo, tercero y cuarto. Puede haber fallas
en nuestro sistema (que, claro, es hecho en China). Si vuelve a llegar a
este punto, pase al siguiente:
Sexto.-
Tiene usted altas probabilidades de haber topado con alguien de la Sexta.
No sabemos si felicitarle o darle el pésame. En todo caso, es su decisión
y su responsabilidad lo que siga a esa mirada.
cuatro: Una mirada a un puesto zapatista.
(calendario y geografía sin precisar)
El SupMarcos: Tienen
que apurarse porque se acaba el tiempo.
La insurgenta de sanidad: Oí Sup,
el tiempo no se acaba, se acaban las personas. El tiempo viene de muy
lejos y sigue su camino hasta alláaaaaa, donde no lo podemos mirar. Y
nosotros somos como pedacitos de tiempo, o sea que el tiempo no se puede caminar
sin nosotros. Nosotros lo que hacemos es que el tiempo camine, y cuando
nos acabamos viene otro y lo empuja otro tanto al tiempo, hasta que se llega a
donde se tiene que llegar, pero no lo vamos a mirar dónde es que se llega sino
que otros lo van a ver si es que llega cabal o de repente no le alcanzó la
fuerza para llegar y otra vuelta que hay que empujarlo otra vez, hasta que
llegue de por sí.
(…)
La
capitana de infantería: ¿Y por qué tardaste tanto?
La insurgenta de sanidad: Es que le
estaba dando plática de la política al Sup, que sea que le estaba ayudando para
que explique bien que hay que mirar lejos, hasta donde no nos alcanza ni el
tiempo ni la mirada.
La
capitana de infantería: Ajá, ¿y luego?
La insurgenta de sanidad: Me castigó
porque no me apuré de los trabajos y me mandó a la posta.
(…)
cinco: Extracto de los “Apuntes
para mirar el Invierno”.
(…)
Y sí,
tod@s subieron al templete con el puño en alto. Pero no miraron
bien. No miraron la mirada de esos hombres y mujeres. No miraron
que, cuando cruzaban por arriba, volteaban la mirada hacia abajo y veían a sus
decenas de miles de compañeros. Es decir, se miraron a sí mismos.
Allá arriba no nos miraron mirándonos. Allá arriba no entendieron, ni entenderán
nada.
(…)
seis: Ponga usted su mirada (o su mentada, manque
no sea de menta).
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(Continuará…)
Desde
cualquier rincón de cualquier mundo.
SupMarcos.
Planeta
Tierra.
México,
Febrero del 2013.
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Escucha y
ve los videos que acompañan este texto.
Daniel
Viglietti y Mario Benedetti interpretan “a la limón” la canción “La Llamarada”
y el poema de Benedetti “Pregón”. Concierto en Montevideo, Uruguay,
Latinoamérica, Planeta Tierra. Al iniciar, Daniel hace un reconocimiento
a tod@s l@s que no están en el templete pero hacen posible que Daniel y Mario
estén. Casi al finalizar, pueden escuchar a Mario Benedetti cantando,
cantándose, cantándonos y, sin importar el calendario y la geografía,
viceversa.
Amparanoia
interpreta “Somos Viento”. En una parte,
Amparo Sánchez dice “Ik´otik”, que en tzeltal quiere decir “somos viento”.
Amparo
Ochoa, voz que aún reverbera en nuestras montañas, interpretando “Quién tiene
la voz”, de Gabino Palomares.
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