13.3.08

Denuncia de Juan Chávez compañero de la comunidad de Nurío territorio del Pueblo P’urhépecha en Michoacán

A LA COMANDANCIA GENERAL DEL E.Z.L.N.

A LA COMISIÓN SEXTA DEL E.Z.L.N.

AL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA

A LA OTRA CAMAPAÑA NACIONAL

A LA OTRA INTERNAZIONAL

A LA OPINIÓN PÚBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL.

Hermanos y Hermanas:

El pasado 7 de Marzo del presente año en un acto de provocación y despojo, el Gobierno del Estado invadió el terreno denominado “Copxanaru” , terreno comunal que esta en posesión de mi familia y ubicado en la comunidad de Nurío, territorio del pueblo p’urhpecha, dentro de la construcción de la carretera que va de Nurío-Urapicho, dañando de esta forma mas de ochenta árboles que fueron sembrados hace de nueve años, y que habían estado bajo el cuidado y protección de mis nietos, nietas, hijos e hijas, esposa y madre .

Esta obra carretera esta bajo la responsabilidad del gobierno del Estado y la Junta de Caminos y Carreteras, y que jamás fuimos notificados, ni nos tomaron parecer de la acción que hicieron, siendo además el único predio que fue dañado con la destrucción de los arbolitos, cuando sí existía la manera de que fueran salvados, pero de manera arbitraria y provocativa cometieron este acto criminal.

Esta acción se suma a la política que ha tenido el mal Gobierno de Estado, tanto en este periodo como el anterior, hacia la comunidad de Nurío, donde a buscado a toda costa desaparecer el trabajo de lucha y dignidad que hemos tenido como pueblo indígena que somos. El arrebato por parte del gobierno estatal de espacios y proyectos que venían siendo construidos desde abajo, con el trabajo comunitario y apoyo solidario de la sociedad civil nacional e internacional, como es el caso del albergue y la misma secundaria. Lugar donde se llevo acabo el III congreso del CNI en el 2001, dentro de la Marcha del Color de la Tierra, contando con la presencia del la Comandancia del E.Z.L.N. y los pueblos indios del país, así como miles de acompañantes de la sociedad civil nacional e internacional.

Este espacio que estaba destinado para un proyecto cultural y educativa para los pueblos indios del país y el mundo, con el compromiso de hacer posible la construcción de un proyecto alternativo para nuestros pueblos que han resistido durante siglos el despojo y el desprecio de los poderosos, de recuperar la memoria de lo que somos, pueblos primeros de estas tierras, partiendo de la educación verdadera, la de los conocimientos de nuestros padres, madres, abuelas y abuelos.

Pero el mal gobierno bajo el chantaje y la coptación se apropió de este espacio incorporándolo al sistema estatal de albergues y espacios educativos de la secretaria de educación en el estado, pretendiendo borrar de esta manera el referente de lucha de los pueblos indios y la lucha digna del movimiento zapatista.

Por igual el mal gobierno ha venido bloqueando la lucha autonómica de la comunidad, manejando a su antojo con proyectos que en nada han beneficiado a la población, mediatizando de esta forma el trabajo organizativo de la comunidad; confundiendo, manipulando y desprestigiando así las luchas históricas que se han tenido por la reivindicación de sus tierras y territorios, de su cultura y de las formas organizativas de la comunidad.

Con esto queremos aclarar que no nos intimidan sus acciones y que hacemos responsable de este hecho criminal al mal gobierno que encabeza el perredista Leonel Godoy, así como de lo que pueda suceder en el presente y en el futuro a mi persona y a mi familia.

Queremos decir también que Nurío seguirá siendo referente lucha para todos los que seguimos en el camino de la dignidad, de la resistencia y la rebeldía, de los que seguimos en la construcción de un mundo donde quepan muchos mundos, como dicen los hermanos zapatistas.

Desde las tierras del pueblo P’urhépecha

JUAN CHÁVEZ ALONSO

Nurío, Michoacán

Marzo de 2008


9.3.08

Se avizoran días feos, dice el CNI; acude a Jalisco en apoyo a pueblos wixarritari


Habitantes de la sierra huichola, en plantón contra la construcción de una carretera

Planean defensa contra la embestida del gobierno para ocupar sus territorios

Hermann Bellinghausen (Enviado)


Habitante wixárrika durante el primer día del Congreso Nacional Indígena Foto: José Carlo González

Tuapurie, Jal. 8 de marzo. En un alto paraje de la sierra huichola donde viven desde hace siglos los pueblos wixarritari, conocido como Ciénega del Caballo, el Congreso Nacional Indígena (CNI) acudió al llamado de las autoridades de Tuapurie (Santa Catarina Cuexcomatitlán) para defender el plantón instalado contra una carretera impuesta. Y discutir con otras comunidades indígenas cómo defenderse juntos de la embestida creciente del gobierno federal (y aquí estatal) panista contra ellos, sus territorios y sus vidas.

Cinco temas resumen las preocupaciones más urgentes de los pueblos originarios: los megaproyectos gubernamentales y privados en los territorios ancestrales; la represión del Estado, cooptaciones incluidas; el impacto social de las políticas del gobierno; los tratados comerciales multinacionales, y el fortalecimiento del CNI, que hoy se reúne bajo el signo de la resistencia.

A la precaria sombra de los árboles en estas tierras semisecas, y en presencia del gobernador tradicional de Tuapurie, Víctor Mejía, el representante purépecha Salvador Campanur expresa: “El CNI es la casa de todos ustedes, de todos nosotros. Como ustedes nos citaron aquí, son los jefes ahora. Venimos a apoyarlos y a platicar nuestras historias y luchas. Se avizoran días bajos, feos, y ya los estamos viendo ahora. Por eso debemos tener presente que en el CNI todos somos nuestros propios jefes”.

Con ese impulso de autodeterminación, los delegados se hacen oír en las cuatro mesas de trabajo donde se discuten simultáneamente todos los temas. Además de la nutrida participación de hombres y mujeres wixarritari, toman la palabra representantes indígenas de Oaxaca, Baja California, Distrito Federal, Colima, Michoacán, Jalisco y Durango. Llegan mensajes de los pueblos rarámuri de Chihuahua y ñahñú del estado de México, que este fin de semana realizan importantes asambleas en sus regiones.

Con unanimidad notable, todos comparten las razones y los motivos de la actual resistencia wixárrika. Una mujer que lleva semanas en el plantón expresa con vigor: “El gobierno es nada más organizador de los ricos. Los empresarios le dan dinero para que gane las elecciones, y luego ponen a los gobernantes a hacer las cosas por ellos y contra los pobres. Nosotros les estorbamos”.

El nerviosismo oficial es evidente. Se encuentran presentes orejas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) –copatrocinadora del plan turístico que pretende partir las tierras de Tuapurie– y la Comisión Estatal de Derechos Humanos. A pocos kilómetros de aquí acechan dos patrullas de la policía estatal. Y decenas de vehículos de la más moderna maquinaria pesada “esperan”. Inútilmente. Ya se ven letreros de la Profepa con la palabra que el gobierno más temía: “Clausurado”. Pues Tuapurie ganó un amparo el martes pasado.

El rostro del enemigo y la resistencia

Acá, donde el viento viene a reventar (por eso llaman El Reventón al paraje) y por momentos sopla con eólico entusiasmo, los representantes indígenas comparten experiencias “con” la CDI, que más parece el enemigo: los divide y financia su exterminio benigno. Una kumiai cuenta que en Baja California el residuo indigenista del Estado ya cofinanció ¡un gasoducto! Para la repudiada carretera aquí, la CDI participa con la mitad de la inversión inicial (120 millones); el resto lo puso el gobierno de Jalisco.

Dicha obra es más que una metáfora de lo que enfrentan los pueblos indígenas en México. Carreteras con fines turísticos o de comercio trasnacional proliferan en las otrora “regiones de refugio” (concepto de Gonzalo Aguirre Beltrán) de los pueblos, sean Chiapas, estado de México, Nayarit. En el istmo de Tehuantepec la “avanzada del progreso” (como dijera Joseph Conrad) está en las hispánicas aspas de la energía eólica, según testimonia un representante zapoteca; en Ayotitlán, Jalisco, los nahuas enfrentan a la minera canadiense Peña Colorada. Depredaciones que convocan a una urgente resistencia.


El golpe gubernamental a Atenco no nos aniquiló, afirma César del Valle

Con machetes en alto, excarcelados del FPDT confirman su lucha

Javier Salinas Cesáreo (Corresponsal)

Texcoco, Méx., 8 de marzo. “Cuando un sistema de gobierno no piensa en otra cosa más que en golpear y reprimir a las organizaciones sociales, éstas aprenden a sobrevivir. Ahora les decimos que el golpe que nos dieron (en San Salvador Atenco en mayo de 2006) no nos aniquiló, seguimos avanzando, lento pero seguro, y ahora con más fuerza resistiremos”, afirmó esta madrugada César del Valle Ramírez, al salir del reclusorio Molino de Flores, junto con Georgina Edith Rosales Gutiérrez y Rufino González Rojas, tras 22 meses de prisión por el enfrentamiento ocurrido en ese municipio hace casi dos años.

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