SOBRE LAS
GUERRAS
(Fragmento de la carta primera del SupMarcos a Don Luis Villoro, inicio
del intercambio epistolar sobre Ética y Política. Enero-Febrero
del 2011).
Parte 2 de las 4 que conforman la carta primera, misma que aparecerá
completa en el próximo número de la Revista Rebeldía.
"(...).Como pueblos originarios mexicanos y como EZLN algo podemos decir sobre
la guerra. Sobre todo si se libra en nuestra geografía y en este calendario:
México, inicios del siglo XXI...
II.- LA GUERRA DEL
MÉXICO DE ARRIBA.
"Yo daría la
bienvenida casi a cualquier guerra
porque creo que este país necesita una".
Theodore Roosevelt.
Y ahora nuestra realidad nacional es invadida por
la guerra. Una guerra que no sólo ya no es lejana para quienes acostumbraban
verla en geografías o calendarios distantes, sino que empieza a gobernar las
decisiones e indecisiones de quienes pensaron que los conflictos bélicos
estaban sólo en noticieros y películas de lugares tan lejanos como... Irak,
Afganistán,...Chiapas.
Y en todo México, gracias al patrocinio de Felipe
Calderón Hinojosa, no tenemos que recurrir a la geografía del Medio Oriente
para reflexionar críticamente sobre la guerra. Ya no es necesario remontar el
calendario hasta Vietnam, Playa Girón, siempre Palestina.
Y no menciono a Chiapas y la guerra contra las
comunidades indígenas zapatistas, porque ya se sabe que no están de moda, (para
eso el gobierno del estado de Chiapas se ha gastado bastante dinero en
conseguir que los medios no lo pongan en el horizonte de la guerra, sino de los "avances" en la producción de biodiesel, el "buen" trato a los migrantes, los "éxitos" agrícolas y otros cuentos engañabobos vendidos a consejos de redacción
que firman como propios los boletines gubernamentales pobres en redacción y
argumentos).
La irrupción de la guerra en la vida cotidiana
del México actual no viene de una insurrección, ni de movimientos
independentistas o revolucionarios que se disputen su reedición en el
calendario 100 o 200 años después. Viene, como todas las guerras de conquista,
desde arriba, desde el Poder.
Y esta guerra tiene en Felipe Calderón Hinojosa
su iniciador y promotor institucional (y ahora vergonzante).
Quien se posesionó de la titularidad del
ejecutivo federal por la vía del facto, no se contentó con el respaldo
mediático y tuvo que recurrir a algo más para distraer la atención y evadir el
masivo cuestionamiento a su legitimidad: la guerra.
Cuando Felipe Calderón Hinojosa hizo suya la
proclama de Theodore Roosevelt (algunos adjudican la sentencia a Henry Cabot
Lodge) de "este país necesita una guerra", recibió la desconfianza medrosa de
los empresarios mexicanos, la entusiasta aprobación de los altos mandos
militares y el aplauso nutrido de quien realmente manda: el capital extranjero.
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