7.10.08

“Lo mataron como a un perro”

Elio Henríquez, corresponsal

Ojo de Agua Ocotal, Chis., 6 de octubre. “Lo mataron como a un perro; siete balazos le dieron los policías y sin deber nada, porque iba a apoyar a los heridos”, dijo Eloísa Margarita Espinosa Morales, quien vio morir a su esposo, Agustín Alfaro, y otros pobladores de Miguel Hidalgo.

“Me lo empezaron a golpear y yo le dije: ‘No llores’. Lo agarré y le besé la frente, pero lo arrastraron al monte y le dispararon”, agrega la viuda, de 24 años, quien denunció que los agentes dijeron a las víctimas: “Con el gobierno no se juega, malditos”.

La joven madre de dos niños relató que el viernes 3 su esposo, de 31 años, quien trabajaba de chofer, le propuso visitar a su suegra en Miguel Hidalgo. Al entrar al poblado, le dijeron que no fuera al centro porque estaba muy duro; pero él “no entendió y fuimos a ver a mi mamá”. Al llegar –continúa– su amigo Miguel Antonio Martínez (quien fue asesinado) le rogó: “Échame la mano, mi papá está herido”. Agustín puso reversa, el amigo subió y con él otros heridos.

Eludieron el bloqueo campesino a la entrada del pueblo y enfilaron a Comitán hacia las 18:30 horas. En el camino hallaron a varios agentes que los dejaron pasar porque llevaban heridos, pero a la altura del kilómetro 30 varios policías “empezaron a disparar hacia la camioneta y una bala le pegó a Agustín en el pie”.

Los uniformados se acercaron, gritando: “Bájate, perro”. Él les contestó: “Llevo heridos, estoy ayudando; pero le decían que se callara y lo empezaron a golpear”. A ella y otros heridos los bajaron de la camioneta. “Cubrí a mi bebé de tres años para que no viera nada. Lo único que hacía yo era rezar. Me decían que no levantara la vista. Me sentaron atrás. Me golpearon, me quitaron mis aretes a jalones, una cadena; a él su reloj y las carteras a los demás.

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