2.6.06

El Estado violador y la condición humana

Viernes 2 de junio de 2006

Adolfo Gilly

Con las violaciones tumultuarias de las mujeres de Atenco por los policías que las apresaron, el Estado mexicano ha rebasado un límite ante el cual, hasta ahora, su violencia se detenía. Sí: antes mataron, masacraron, torturaron, secuestraron, violaron, desaparecieron. Pero aún después de Tlatelolco, según recordábamos hace unos días con Rosario Ibarra, aún en los asesinatos y desapariciones de los años setenta y sucesivos, no habían practicado la violación en masa sobre las mujeres presas como acaban de hacerlo contra San Salvador Atenco, acto colectivo de barbarie que ningún cuerpo uniformado comete sin órdenes de sus mandos superiores.

Este atentado directo contra el entramado profundo en el cual se sustenta
la comunidad nacional mexicana, está siendo encubierto, protegido y justificado por el presidente Vicente Fox Que-
sada, por el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, y por todos los órganos a ellos subordinados que niegan, esconden, minimizan o dan largas a la cuestión.
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http://www.jornada.unam.mx/2006/06/02/016a1pol.php

Continúa el repudio en otros países a la represión contra atenquenses (nota del jueves 1 de junio en La Jornada)


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